"Sé que algún día moriré. Y quiero hacer todo lo que pueda antes de irme”
(Clarence Clemons en declaraciones a 'El Nuevo Herald')
A pesar de que ha quedado claro que ateniéndonos a las declaraciones de Bruce y su banda el futuro de la E Street Band esta asegurado, sigo pensando que este final de gira puede ser el final de algo. En los últimos años la muerte ha merodeado el entorno de Springsteen recordando y avisando que todo tiene un final; primero fue la muerte del asistente personal y amigo de Bruce Springsteen Terry Magovern en julio de 2007 (al que Bruce dedicó la canción 'Terry Song' que fue incluida en su disco Magic); poco después en abril de 2008 tuvo lugar la desaparición a los 55 años del primer miembro de la E Street Band, Danni Feredici; y el pasado 26 de octubre con tan solo 36 años a Lenny Sullivan, ayudante desde 1999 del road manager de la E Street Band y además primo de Springsteen.
Con este panorama no quiero decir que el futuro no sea prometedor. ¿La muerte de Federici ha supuesto el fin de las giras de la E Street Band? No. Había que seguir para adelante y Charles Giordano supo adaptarse con rapidez un digno papel en el puesto de Danni Federici. Y por si fuera poco la E Street Band sin Danni ha vivido el periodo de mayor variedad interpretativa en un escenario, pero quisiera puntualizar que esto hubiera ocurrido igualmente.
¿Podemos ser optimistas? Sí. Y para confirmar esto vamos a atenernos a las siguientes declaraciones de Clarence, Steve y Bruce:
- "La gira terminó y estoy de nuevo en la playa. Se ha hablado de retirada: es falso. Dios mediante volveremos y estaré más fuerte que nunca” (Clarence Clemons en su Tweeter)
- “Siempre me da miedo parar. Piensas '¿si paramos podremos arrancar esto de nuevo?' Tras uno o dos años sin gira estás en la falda del Everest mirando hacia arriba y pensando ¿cómo llegaremos hasta allí arriba? Me sorprendería si no continuamos, y si me preguntas a mí si creo que continuaremos seguro que te diré que sí. Se trata sólo de cómo estaremos todos físicamente, empezando por Clarence supongo. Quizá él tenga fantasías sobre su retiro, pero con tantas ex-mujeres, lo dudo" Steve Van Zant ha declarado en la revista Rolling Stone)
- (pregunta) ¿parece esto el final de la E Street Band? (respuesta) "No. Ni siquiera pensamos en eso. Lo único que me vino a la mente fue hace una década, cuando cumplí 50, estando sobre el escenario en Philadelphia, y me di cuenta 'OK, éste es exactamente el sitio donde quiero estar ahora mismo. Y no lo cambiaría por nada'. Y te das cuenta de que hay un final. Estamos tocando para un público que nos sobrevivirá. Hoy habrá una semilla para un nuevo público que sobrevivirá a la banda. Y llegas y ves 35 años de un tren que va por la vía a toda velocidad y tú estás en la parte delantera del mismo. Esperamos muchos, muchos más años en gira, tocando y disfrutando". (Bruce Springsteen a Billboard)
- (pregunta) ¿parece esto el final de la E Street Band? (respuesta) "No. Ni siquiera pensamos en eso. Lo único que me vino a la mente fue hace una década, cuando cumplí 50, estando sobre el escenario en Philadelphia, y me di cuenta 'OK, éste es exactamente el sitio donde quiero estar ahora mismo. Y no lo cambiaría por nada'. Y te das cuenta de que hay un final. Estamos tocando para un público que nos sobrevivirá. Hoy habrá una semilla para un nuevo público que sobrevivirá a la banda. Y llegas y ves 35 años de un tren que va por la vía a toda velocidad y tú estás en la parte delantera del mismo. Esperamos muchos, muchos más años en gira, tocando y disfrutando". (Bruce Springsteen a Billboard)
Si hay un componente de la banda del que siempre nos ha preocupado su salud este ha sido el saxofonista Clarence Clemons, conocido por todos como 'Big Man' (Gran Hombre). En los últimos años hemos podido ver además de su visible obesidad, como necesitaba el suministro de bombonas de oxígeno (algo comprensible para un músico de un instrumento de viento), como tenía dificultades para moverse en un escenario, y como se habían suspendido conciertos por algunas de sus operaciones (de retina y de caderas). A más de uno nos dio un buen susto (incluido a Bruce) cuando se cayó al final de 'Ramrod' en el Estadi Olimpic el 17 de mayo de 2003. Este deterioro, que ha ido agravándose lentamente por la artritis que padece, ha afectado y modificado su papel en el escenario, perdiendo gran parte de la conexión que ofrecía con Bruce. Además su edad o sus rodillas no perdonan. El sillón que tenía en 2003 pasó a ser un trono a partir del 2007. Ya no puede bailar, ni acercarse cerca del público, ni estar moviendo su cuerpo con Bruce al final de 'She’s The One', ni otras tantas cosas, pero no importa mientras se dedique a realizar bien su trabajo, que no es otro que tocar bien sus magistrales solos. Muchos fans opinan que mientras Clarence toque bien el saxo da igual que esté las tres horas de concierto sentado o tumbado. A pesar de todo creo que no es agradable ver a Clarence fatigado o cansado en el escenario.
Sobre este asunto Bruce Springsteen ha actuado de forma muy inteligente. Durante todos los conciertos de este año, antes de colocarse en su sitio y saludar a la audiencia, Bruce ha salido al escenario en último lugar acompañando a Clarence a su silla. Esto es un gesto muy importante que da dignidad a los problemas de salud de Clarence.
Pero no nos preocupemos demasiado que Clarence ha declarado que el día que no se divierta lo deja pero que de momento se lo pasa cada vez mejor. Este año además ha publicado su autobiografía "Big Man" escrita por él mismo con la colaboración de Don Reo y con la introducción de Bruce Springsteen. Recomiendo a todos este libro de 368 páginas donde el saxofonista de la E Street Band repasa su vida y su carrera musical.
Voy a terminar con un emotivo detalle que tuvo Clarence Clemons en el concierto de Benidorm el pasado 30 de julio. Clarence vio como una niña que le había mandado besos se mostró fatigada en un momento del concierto y no lo estaba pasando bien. En seguida llamó a su asistente y le mandó bajar al público para regalarle a la niña una flauta del mismo modelo que suele utilizar en la canción ‘American Land’. La sorpresa de la niña que se llamaba Celia con el regalo fue tan grande, que se volvió a animar y pasó la parte final del concierto bailando y saludando al saxofonista. Para Celia el héroe de aquella noche no fue Bruce sino Clarence Clemons.
'Quarter To Three' - Bruce Springsteen & The E Street Band en Londres (1975)
'You're A Friend of Mine' - Clarence Clemons
Leer el interesante artículo sobre Clarence Clemons en el 'El Nuevo Herald'.
Es un momento emocionante, que el público presencia cada vez que la E Street Band trepa al escenario: mientras la gente aguarda expectante y los miembros del grupo empuñan sus instrumentos, Bruce Springsteen ayuda a Clarence Clemons, quien se dirige con paso titubeante hacia el saxofón.
"Tómate tu tiempo", le dice Springsteen. "No hay apuro. Nos sobra el tiempo".
El paso del tiempo, sin embargo, se está haciendo sentir en la E Street Band, que no hace mucho perdió a uno de sus miembros. Y Clemons, un hombre corpulento de 67 años y con una serie de dolencias físicas, se mueve con dificultad, en contraste con Springsteen, que se mantiene en estupendo estado. Le han reemplazado las dos rodillas y pasó un buen tiempo en una silla de ruedas.
En febrero el grupo se presentó en el Super Bowl, la gran final del fútbol estadounidense, ante una audiencia televisiva que se calcula en casi 100 millones de personas. Y Clemons se paró.
Desde entonces, lleva acumulados miles de kilómetros recorridos en la gira que lleva a cabo el grupo. Entre visitas al médico y sesiones de terapia física, firma ediciones de su libro "Big Man: Real Life & Tall Tales", que salió a la venta en octubre. Comenzó a escribir otro libro con su amigo Don Reo, quien es productor de Hollywood.
Si dependiese de su fuerza de voluntad, Clemens no se detendría nunca.
"Siempre dije que cuando ya no me divierta, me jubilo", comentó en una reciente entrevista. "¡Pero cada vez la paso mejor!".
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Clemons obtuvo su primer corno a los nueve años de edad. Le maravillaron los sonidos de los saxos de King Curtis, Junior Walker, Sil Austin y Boots Randolph, y la voz de Aretha Franklin, con quien más adelante grabaría canciones.
En su juventud, ignoró el racismo. Le costó trabar amistades en la escuela secundaria, que estaba segregada y admitía solo negros, porque él se movía mayormente entre blancos, ya que su familia vivía en un barrio de blancos.
Parecía destinado a jugar al fútbol estadounidense -los Cleveland Browns iban a probarlo-, hasta que un accidente automovilístico lo alejó del deporte.
Y se dedicó a la música.
Su libro relata cómo se formó el grupo con el que toca hasta ahora. Cuenta que un temporal voló la puerta de un club de Asbury Park, Nueva Jersey, cuando él entró con su cuerno al hombro y dijo que quería hablar con Springsteen.
"Nos hicimos más que amigos de inmediato", relata.
Compartió una casa con el tecladista Danny Federici, el baterista Vini López y tres boa constríctors.
Su amistad con Sprinsgsteen era tan fuerte que una novia una vez tuvo un ataque de celos y le preguntó si eran amantes.
"Cuando nos conocimos, yo no quería alejarme de él y él no quería alejarse de mí", dice Clemons. "Fue como hallar lo que uno estaba buscando en el campo artístico y creativo".
Eran "inseparables", señala.
Y siguen teniendo una conexión muy fuerte. "Me encanta estar con él", dijo.
Cuando lo deja junto a su saxo, Springsteen le da un beso en la boca.
"Es el sentimiento más apasionado que he tenido sin mantener relaciones sexuales", afirmó Clemons. "Dos seres andróginos que se convierten en uno".
"Es amor", agregó, "amor entre dos hombres fuertes, viriles, que llegan a un punto en el que pueden dejar de lado parte de su masculinidad para sentir la pasión del amor, el respeto y la confianza. Las amistades se basan en estas cosas y uno las sella con un beso".
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Clemons admite que a veces no entiende las letras de Springsteen. Por ejemplo la de "Blinded by the Light": "Un loco bateristas plomazos e indios en el verano con un diplomático adolescente...".
"Todavía hoy no tengo idea de lo que quiere decir con eso", comenta Clemons entre carcajadas.
"Las letras de Bruce son muy densas, a veces complejas. Sospecho que ni él entendió algunas de sus letras, pero lo ayudaban a expresar un sentimiento", señala.
Tampoco entiende cómo puede ser que Springsteen haya sido admitido al Salón de la Fama del Rock and Roll sin la E Street Band. "Llevamos juntos 33, 34 años y contribuimos mucho", se queja.
Pero no quiere amargarse. "Cuando un admirador me dice 'hombre, ustedes me salvaron la vida; escuché Jungleland y lloré... y volví a sentir alegría'... ese es mi salón de la fama".
Además, Clemons ha tenido problemas mucho más grandes que el estar o no en el Salón de la Fama: las rodillas, tres reemplazos de cadera, dos operaciones en los ojos, un marcapasos, problemas para dormir. No quiere someterse a una operación en la columna porque "el período de recuperación es demasiado largo".
Las medicinas que tomó luego del reemplazo de las rodillas le nublaron la mente y generaron depresiones y dudas. Hasta que las cambió por una dieta y ejercicios.
"Dejé de fumar marihuana. Suspendí todas esas cosas". Con excepción de alguna cervecita helada.
Disfruta tocando con la mente despejada.
"El escenario es como una terapia, no importa lo mal que esté uno", indica.
"Cuando empezamos (la gira), le dije a Bruce. 'Algún día volveremos a bailar juntos'. Y él me dice: 'Te estaré esperando'".
A principios de noviembre, Clemons bailoteó. Todavía le cuesta moverse, por lo que no repitió sus brincos de antaño. Pero el Madison Square Garden estalló de júbilo cuando comenzó a menear el torso con el ritmo y la gracia de siempre.
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Clemons sabe que esto no durará para siempre.
"En un par de años tendré 70. No sé si me quedarán fuerzas. Pero quisiera estar con mi familia", manifestó.
Acto seguido aclaró: "Cuando hablo de jubilarme no quiero decir que dejaré de tocar música".
Sabe, no obstante, que el tiempo pasa. En tiempos recientes murieron Federici y un viejo colaborador del grupo, Terry Magovern. También falleció uno de los individuos que manejan la parte logística de las giras, Lenny Sullivan.
"Sé que algún día moriré. Y quiero hacer todo lo que pueda antes de irme".
"Tómate tu tiempo", le dice Springsteen. "No hay apuro. Nos sobra el tiempo".
El paso del tiempo, sin embargo, se está haciendo sentir en la E Street Band, que no hace mucho perdió a uno de sus miembros. Y Clemons, un hombre corpulento de 67 años y con una serie de dolencias físicas, se mueve con dificultad, en contraste con Springsteen, que se mantiene en estupendo estado. Le han reemplazado las dos rodillas y pasó un buen tiempo en una silla de ruedas.
En febrero el grupo se presentó en el Super Bowl, la gran final del fútbol estadounidense, ante una audiencia televisiva que se calcula en casi 100 millones de personas. Y Clemons se paró.
Desde entonces, lleva acumulados miles de kilómetros recorridos en la gira que lleva a cabo el grupo. Entre visitas al médico y sesiones de terapia física, firma ediciones de su libro "Big Man: Real Life & Tall Tales", que salió a la venta en octubre. Comenzó a escribir otro libro con su amigo Don Reo, quien es productor de Hollywood.
Si dependiese de su fuerza de voluntad, Clemens no se detendría nunca.
"Siempre dije que cuando ya no me divierta, me jubilo", comentó en una reciente entrevista. "¡Pero cada vez la paso mejor!".
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Clemons obtuvo su primer corno a los nueve años de edad. Le maravillaron los sonidos de los saxos de King Curtis, Junior Walker, Sil Austin y Boots Randolph, y la voz de Aretha Franklin, con quien más adelante grabaría canciones.
En su juventud, ignoró el racismo. Le costó trabar amistades en la escuela secundaria, que estaba segregada y admitía solo negros, porque él se movía mayormente entre blancos, ya que su familia vivía en un barrio de blancos.
Parecía destinado a jugar al fútbol estadounidense -los Cleveland Browns iban a probarlo-, hasta que un accidente automovilístico lo alejó del deporte.
Y se dedicó a la música.
Su libro relata cómo se formó el grupo con el que toca hasta ahora. Cuenta que un temporal voló la puerta de un club de Asbury Park, Nueva Jersey, cuando él entró con su cuerno al hombro y dijo que quería hablar con Springsteen.
"Nos hicimos más que amigos de inmediato", relata.
Compartió una casa con el tecladista Danny Federici, el baterista Vini López y tres boa constríctors.
Su amistad con Sprinsgsteen era tan fuerte que una novia una vez tuvo un ataque de celos y le preguntó si eran amantes.
"Cuando nos conocimos, yo no quería alejarme de él y él no quería alejarse de mí", dice Clemons. "Fue como hallar lo que uno estaba buscando en el campo artístico y creativo".
Eran "inseparables", señala.
Y siguen teniendo una conexión muy fuerte. "Me encanta estar con él", dijo.
Cuando lo deja junto a su saxo, Springsteen le da un beso en la boca.
"Es el sentimiento más apasionado que he tenido sin mantener relaciones sexuales", afirmó Clemons. "Dos seres andróginos que se convierten en uno".
"Es amor", agregó, "amor entre dos hombres fuertes, viriles, que llegan a un punto en el que pueden dejar de lado parte de su masculinidad para sentir la pasión del amor, el respeto y la confianza. Las amistades se basan en estas cosas y uno las sella con un beso".
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Clemons admite que a veces no entiende las letras de Springsteen. Por ejemplo la de "Blinded by the Light": "Un loco bateristas plomazos e indios en el verano con un diplomático adolescente...".
"Todavía hoy no tengo idea de lo que quiere decir con eso", comenta Clemons entre carcajadas.
"Las letras de Bruce son muy densas, a veces complejas. Sospecho que ni él entendió algunas de sus letras, pero lo ayudaban a expresar un sentimiento", señala.
Tampoco entiende cómo puede ser que Springsteen haya sido admitido al Salón de la Fama del Rock and Roll sin la E Street Band. "Llevamos juntos 33, 34 años y contribuimos mucho", se queja.
Pero no quiere amargarse. "Cuando un admirador me dice 'hombre, ustedes me salvaron la vida; escuché Jungleland y lloré... y volví a sentir alegría'... ese es mi salón de la fama".
Además, Clemons ha tenido problemas mucho más grandes que el estar o no en el Salón de la Fama: las rodillas, tres reemplazos de cadera, dos operaciones en los ojos, un marcapasos, problemas para dormir. No quiere someterse a una operación en la columna porque "el período de recuperación es demasiado largo".
Las medicinas que tomó luego del reemplazo de las rodillas le nublaron la mente y generaron depresiones y dudas. Hasta que las cambió por una dieta y ejercicios.
"Dejé de fumar marihuana. Suspendí todas esas cosas". Con excepción de alguna cervecita helada.
Disfruta tocando con la mente despejada.
"El escenario es como una terapia, no importa lo mal que esté uno", indica.
"Cuando empezamos (la gira), le dije a Bruce. 'Algún día volveremos a bailar juntos'. Y él me dice: 'Te estaré esperando'".
A principios de noviembre, Clemons bailoteó. Todavía le cuesta moverse, por lo que no repitió sus brincos de antaño. Pero el Madison Square Garden estalló de júbilo cuando comenzó a menear el torso con el ritmo y la gracia de siempre.
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Clemons sabe que esto no durará para siempre.
"En un par de años tendré 70. No sé si me quedarán fuerzas. Pero quisiera estar con mi familia", manifestó.
Acto seguido aclaró: "Cuando hablo de jubilarme no quiero decir que dejaré de tocar música".
Sabe, no obstante, que el tiempo pasa. En tiempos recientes murieron Federici y un viejo colaborador del grupo, Terry Magovern. También falleció uno de los individuos que manejan la parte logística de las giras, Lenny Sullivan.
"Sé que algún día moriré. Y quiero hacer todo lo que pueda antes de irme".
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